En este artículo econtrarás todo lo que necesitas saber sobre la pérdida de un ser querido:
Sigue leyendo este artículo a continuación para resolver todas tus dudas con el periodo de duelo:
El duelo va siempre unido a una situación de pérdida, de desaparición de alguien a quien nos sentimos muy vinculados.
Nuestra mente necesita una etapa en la que adaptarse a la nueva situación, y durante este perido pasa por distintos estados emocionales, hasta que logramos adaptarnos a la ausencia forzosa.
El caso más paradigmático de duelo se da en el fallecimiento de una persona querida, normalmente un familiar cercano o un amigo íntimo.
El fallecimiento es la pérdida más significativa, traumática e irreversible que conocemos, por eso el duelo cobra toda su dimensión en este caso.
Sin embargo, en contra de lo que muchos piensan, no es este el único caso de duelo.
Por supuesto que se da el duelo en el fallecimiento, pero también puede aparecer distintas fases de duelo tras la desaparición de una persona, en la ruptura de una relación sentimental, tras un abandono, por una pérdida tras una infidelidad, en la separación física entre dos personas, o en la finalización de una actividad común que implica dejar de ver o tener trato con alguien.
También se puede hablar de duelo en algunos casos de pérdida de animales, o incluso de objetos que tengan una gran carga sentimental para nosotros.
Aunque nada de esto es comparable a la pérdida de una persona, toda aquella pérdida que tenga una carga emocional para nosotros nos generará en mayor o menor medida una etapa de duelo.
En cualquier caso, cuanto más cercana sea la persona desaparecida más intenso (es decir, más emocionalmente inestable) y duradero será el periodo de duelo.
El fallecimiento de la propia pareja (marido, mujer, esposo, esposa, novio o pareja de hecho), el de padre o madre, hijo o hija o el de cualquier otra persona muy cercana nos provocará un estado de duelo muy intenso.
Estas etapas suelen ser más o menos las mismas para todas las personas, de manera que podemos predecir para cualquiera que se enfrente a una pérdida, las emociones que se van a suceder.
Esto es muy importante ya que, como podemos clasificar el estado emocional de una persona que ha perdido a un ser querido en sucesivas fases ya conocidas, podemos prever los sentimientos de una persona que ha perdido a un ser querido y actuar en consecuencia.
Podemos saber a priori como se va a sentir una persona y tratarla adecuadamente.
Veamos cuales son esas fases del duelo por las que todo el mundo pasa:
Es el primer shock al conocer la noticia.
No estamos preparados para la pérdida, y más o menos conscientemente no nos lo terminamos de creer. Nos preguntamos si esto realmente ha pasado, y actuamos como si no hubiese ocurrido.
No hemos asimilado la pérdida, y no sabemos comportarnos de acuerdo a la nueva situación.
Algunas personas tienden a culpabilizar al ausente, otras se culpabilizan a sí mismas, y otras a terceros, pero lo cierto es que buscamos siempre a alguien sobre quien descargar nuestro malestar.
No comprendemos la situación, nos parece injusto, nos hiere profundamente la pérdida y nos enfadamos contra ella.
Nuestra mente incrementa su actividad buscando posibles soluciones, hace planes para recuperar la ausencia y volver a disfrutar de la presencia de la otra persona (en caso de pérdidas reversibles, como una ruptura) o qué podríamos haber hecho para evitarla (en casos de pérdidas irreversibles, como la muerte).
A veces nos rodeamos de recuerdos y pertenencias de la persona ausente. Inconscientemente queremos resolver esta ausencia. Hemos asumido que esa persona ya no está, pero nuestra cabeza vuelve una y otra vez a intentar que vuelva con nosotros de una u otra manera.
Queremos solucionar nuestra situación , nuestro sufrimiento, pero no mediante la aceptación plena sino mediante la recuperación de la persona perdida.
En esta fase ya no nos enfadamos, ni nos rebelamos, ni tratamos de cambiar lo ocurrido, hemos comprendido que la ausencia es definitiva.
Entonces nos invade una sensación de pena y vacio que inunda todos los aspectos de nuestra vida.
Cada objeto, cada hora del día, cada lugar nos recuerda a esa persona y nos hace sentirnos desdichados por no tenerla ya a nuestro lado.
En esta fase intentamos volver a la vida normal, a la rutina diaria, pero nos damos cuenta que en esa rutina nos sigue faltando esta persona, y nuestra rutina y nuestra vida ya no nos llena. Perdemos la ilusión y las ganas, y todo lo que nos rodea es triste a nuestros ojos.
No nos olvidamos de la persona, pero es cierto que empezamos a aprender a vivir la vida sin ella. Empezamos a hacer actividades nuevas, que no nos la recuerdan tanto, o a reilusionarnos con las que hacíamos antes.
El recuerdo perdurará siempre en el tiempo, poco a poco vamos reencontrándonos con nuestra vida, y aprendemos a empezar a vivir nuestra propia vida a pesar de la ausencia.
Aunque todo lo anteriormente descrito es habitual a todos los casos de duelo, sea cual sea la causa, sí que hay algunas diferencias, leves, cuando afrontamos la pérdida a causa de la muerte de alguien a cuando se produce por una ruptura en nuestras relaciones.
La realidad nos golpea muy duro, por lo que habitualmente el grueso del duelo se extiende en la fase dos (ira) y posteriormente sobre todo en la fase cuatro (tristeza)
Por el contrario en los casos de ruptura de pareja, además de una fase uno (negación) más larga (seguimos actuando con esa persona como si fuera nuestra pareja aunque ya no lo sea) las fases dos (ira) y tres (marcha atrás) se suceden en el tiempo incluso varias veces (tratamos de recuperar a esa persona, y nos enfadamos cuando no lo conseguimos, y le culpabilizamos, y volvemos a intentar recuperarle...)
Muchos psicólogos expertos en terapia de parejas hablan realmente de una sola fase (fase de enfado y negociación) que englobaría a esas dos, ya que se mezclan mucho en este tipo de casos.
El duelo es una reacción natural de nuestra psique que nos ayuda a esa adaptación a la nueva vida. Por lo tanto, mientras que se desarrolle de una forma natural y moderada, el duelo es necesario y postivo, y debemos dejar que siga su curso normal.
No es necesario ningún tipo de tratamiento específico, el tiempo es el encargado de curar las heridas. Simplemente debemos dejar libres nuestros sentimientos para que vayan evolucionando con el paso de los días.
Hay una serie de métodos para prestarle ayuda psicólogica a un amigo o familiar; con estos métodos podemos ayudarle a serenarse y salir adelante por sí mismo.
Pero si no lo conseguimos así, lo mejor es saber como convencer a una persona para que acuda al psicólogo, para que sea un profesional quien pueda ayudarle.
Pero por desgracia no es raro que se presenten, y esos son los casos en los que vamos a necesitar una ayuda extraordinaria.
Son casos en los que tenemos que encontrar a quien nos preste una ayuda psicológica externa, ya que no somos capaces de dejar por nosotros mismos correr las etapas del duelo de una manera natural.
En esos casos, lo mejor que podemos hacer es acudir a un especialista, un profesional de la psicología que sea capaz de hacernos conscientes de en qué fase del duelo estamos, en qué estamos haciéndonos daño, y administrarnos la terapìa necesaria para conseguir salir del duelo de la forma más natural posible.
El psicólogo es ese profesional que por su formación y experiencia será capaz de acompañrnos en este proceso, simplemente como acompañamiento en casos más o menos naturales, o administrando la terapia psicológica necesaria en los casos en que necesitemos un tratamiento especial para recuperar la vida normal.
Si lo deseas, y no tienes psicólogo de cabecera, puedes contactarnos y solicitarnos una recomendación de terapia para tu caso particular. Te responderemos poniéndote en contacto con el profesional más adecuado para tu caso.
Por último, recuerda que hay mucha gente que no conoce las fases del duelo ni como sedesarrolla este periodo, y que se pueden ver aturdidas al verse ellos o sus familiares en un caso como este.
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- qué es el duelo
- cuales son las fases del duelo
- como superar el duelo por la pérdida de un ser querido
- como podemos ayudar a alguien que está atravesando una etapa de duelo.
- te pondremos en contacto si lo deseas con un profesional que pueda ayudarte a superar la fase duelo
Sigue leyendo este artículo a continuación para resolver todas tus dudas con el periodo de duelo:
¿Qué es el duelo?
El duelo es el periodo posterior a la pérdida de un ser querido, durante el cual las personas sufrimos de inestabilidad emocional hasta que nos adaptamos a la nueva situación de ausencia.El duelo va siempre unido a una situación de pérdida, de desaparición de alguien a quien nos sentimos muy vinculados.
Nuestra mente necesita una etapa en la que adaptarse a la nueva situación, y durante este perido pasa por distintos estados emocionales, hasta que logramos adaptarnos a la ausencia forzosa.
El caso más paradigmático de duelo se da en el fallecimiento de una persona querida, normalmente un familiar cercano o un amigo íntimo.
El fallecimiento es la pérdida más significativa, traumática e irreversible que conocemos, por eso el duelo cobra toda su dimensión en este caso.
Sin embargo, en contra de lo que muchos piensan, no es este el único caso de duelo.
Por supuesto que se da el duelo en el fallecimiento, pero también puede aparecer distintas fases de duelo tras la desaparición de una persona, en la ruptura de una relación sentimental, tras un abandono, por una pérdida tras una infidelidad, en la separación física entre dos personas, o en la finalización de una actividad común que implica dejar de ver o tener trato con alguien.
También se puede hablar de duelo en algunos casos de pérdida de animales, o incluso de objetos que tengan una gran carga sentimental para nosotros.
Aunque nada de esto es comparable a la pérdida de una persona, toda aquella pérdida que tenga una carga emocional para nosotros nos generará en mayor o menor medida una etapa de duelo.
En cualquier caso, cuanto más cercana sea la persona desaparecida más intenso (es decir, más emocionalmente inestable) y duradero será el periodo de duelo.
El fallecimiento de la propia pareja (marido, mujer, esposo, esposa, novio o pareja de hecho), el de padre o madre, hijo o hija o el de cualquier otra persona muy cercana nos provocará un estado de duelo muy intenso.
Qué es el luto: diferencia entre luto y duelo
El luto es la proyección social y cultural del duelo.
En muchas culturas, no sólo en las occidentales, el periodo de duelo se proyecta de una forma muy visual hacia el resto de la sociedad, ya sea en la forma de vestir, de hablar, de comportarse o en los hábitos.
Es una forma de manifestar esa inestabilidad interior que tenemos, de mostrar a los demás el periodo por el que estamos atravesando.
Es la manera que tenemos de decirle a los demás: "ojo, me estoy comportando de una forma poco habitual porque estoy pasando una crisis emocional debido a una reciente pérdida: estoy en una fase de duelo".
En muchas sociedades y culturas el luto está socializado, hasta el punto de tener sus propios rituales y costumbres de obligado cumplimiento, alejándose de la manifestación emocional para convertirse en una tradición social.
En cualquier caso no debemos confundir el luto, que es algo externo y sociológico, con el duelo, que es un sentimiento interior.
Fases del Duelo más habituales
Durante el periodo total que dura el duelo, que no es más que una adaptación emocional a la nueva situación, suelen distinguirse diferentes etapas que se suceden hasta que finaliza el periodo de duelo.Estas etapas suelen ser más o menos las mismas para todas las personas, de manera que podemos predecir para cualquiera que se enfrente a una pérdida, las emociones que se van a suceder.
Esto es muy importante ya que, como podemos clasificar el estado emocional de una persona que ha perdido a un ser querido en sucesivas fases ya conocidas, podemos prever los sentimientos de una persona que ha perdido a un ser querido y actuar en consecuencia.
Podemos saber a priori como se va a sentir una persona y tratarla adecuadamente.
Veamos cuales son esas fases del duelo por las que todo el mundo pasa:
1. Fase de Negación: "No es posible..."
Es el primer shock al conocer la noticia.
No estamos preparados para la pérdida, y más o menos conscientemente no nos lo terminamos de creer. Nos preguntamos si esto realmente ha pasado, y actuamos como si no hubiese ocurrido.
No hemos asimilado la pérdida, y no sabemos comportarnos de acuerdo a la nueva situación.
2. Fase de ira: "Pero ¿por qué...?"
Algunas personas tienden a culpabilizar al ausente, otras se culpabilizan a sí mismas, y otras a terceros, pero lo cierto es que buscamos siempre a alguien sobre quien descargar nuestro malestar.
No comprendemos la situación, nos parece injusto, nos hiere profundamente la pérdida y nos enfadamos contra ella.
3. Fase de marcha atrás: "Bueno, ¿y si yo pudiera...?"
Nuestra mente incrementa su actividad buscando posibles soluciones, hace planes para recuperar la ausencia y volver a disfrutar de la presencia de la otra persona (en caso de pérdidas reversibles, como una ruptura) o qué podríamos haber hecho para evitarla (en casos de pérdidas irreversibles, como la muerte).
A veces nos rodeamos de recuerdos y pertenencias de la persona ausente. Inconscientemente queremos resolver esta ausencia. Hemos asumido que esa persona ya no está, pero nuestra cabeza vuelve una y otra vez a intentar que vuelva con nosotros de una u otra manera.
Queremos solucionar nuestra situación , nuestro sufrimiento, pero no mediante la aceptación plena sino mediante la recuperación de la persona perdida.
4. Fase de tristeza: "Le he perdido para siempre..."
En esta fase ya no nos enfadamos, ni nos rebelamos, ni tratamos de cambiar lo ocurrido, hemos comprendido que la ausencia es definitiva.
Entonces nos invade una sensación de pena y vacio que inunda todos los aspectos de nuestra vida.
Cada objeto, cada hora del día, cada lugar nos recuerda a esa persona y nos hace sentirnos desdichados por no tenerla ya a nuestro lado.
En esta fase intentamos volver a la vida normal, a la rutina diaria, pero nos damos cuenta que en esa rutina nos sigue faltando esta persona, y nuestra rutina y nuestra vida ya no nos llena. Perdemos la ilusión y las ganas, y todo lo que nos rodea es triste a nuestros ojos.
5. Fase de aceptación: "Ya no está, pero aquí sigo..."
No nos olvidamos de la persona, pero es cierto que empezamos a aprender a vivir la vida sin ella. Empezamos a hacer actividades nuevas, que no nos la recuerdan tanto, o a reilusionarnos con las que hacíamos antes.
El recuerdo perdurará siempre en el tiempo, poco a poco vamos reencontrándonos con nuestra vida, y aprendemos a empezar a vivir nuestra propia vida a pesar de la ausencia.
Diferencias en las fases del duelo si la pérdida es por ruptura o por fallecimiento
Aunque todo lo anteriormente descrito es habitual a todos los casos de duelo, sea cual sea la causa, sí que hay algunas diferencias, leves, cuando afrontamos la pérdida a causa de la muerte de alguien a cuando se produce por una ruptura en nuestras relaciones.
Duelo por fallecimiento
En el caso de fallecimiento, las tres primeras fases, especialmente la primera (negación) y tercera (marcha atrás) suelen ser fases más cortas, ya que la realidad oprobiosa de la muerte no deja mucho lugar a la fantasía: es difícil sostener en el tiempo la negación de la realidad, o una fantasía de volver atrás a evitar lo sucedido o de revivir a una persona.La realidad nos golpea muy duro, por lo que habitualmente el grueso del duelo se extiende en la fase dos (ira) y posteriormente sobre todo en la fase cuatro (tristeza)
Duelo por ruptura o separación
Por el contrario en los casos de ruptura de pareja, además de una fase uno (negación) más larga (seguimos actuando con esa persona como si fuera nuestra pareja aunque ya no lo sea) las fases dos (ira) y tres (marcha atrás) se suceden en el tiempo incluso varias veces (tratamos de recuperar a esa persona, y nos enfadamos cuando no lo conseguimos, y le culpabilizamos, y volvemos a intentar recuperarle...)
Muchos psicólogos expertos en terapia de parejas hablan realmente de una sola fase (fase de enfado y negociación) que englobaría a esas dos, ya que se mezclan mucho en este tipo de casos.
Como superar el Duelo
Lo primero que hay que tener claro es que no es malo pasar la etapa de duelo después de una pérdida. Al contrario, es un cambio radical y traumático en nuestra vida, y necesitamos de un periodo de adaptación emocional.El duelo es una reacción natural de nuestra psique que nos ayuda a esa adaptación a la nueva vida. Por lo tanto, mientras que se desarrolle de una forma natural y moderada, el duelo es necesario y postivo, y debemos dejar que siga su curso normal.
No es necesario ningún tipo de tratamiento específico, el tiempo es el encargado de curar las heridas. Simplemente debemos dejar libres nuestros sentimientos para que vayan evolucionando con el paso de los días.
Cuándo prestar ayuda psicológica adicional en los casos de duelo
Sin embargo, hay una serie de casos, cuando el duelo no está siendo natural, en los que se precisa ayuda psicólogica externa. Algunos de estos casos pueden ser:- Cuando nos quedamos atascados en alguna de las fases. Esto puede ocurrir si nos quedamos permanentemente negando la pérdida, enfadados, o con falsas expectativas de recuperar a la otra persona, y no llegamos a darnos cuenta de ello y cerrar esa etapa para pasar a la siguiente.. En esos casos esta sensación nos hace estar permanentemente viviendo una realidad ficticia, insostenible en el tiempo, y necesitamos ayuda para comprender la realidad y seguir evolucionando nuestras emociones.
- Cuando nuestra inestabilidad emocional nos provoca reacciones excesivas. Es decir, es normal que nuestras emociones sean las ya descritas, de una forma moderada. pero si nuestras reacciones son extremas, como por ejemplo en casos de autolesiones, intentos de represalias, intentos de suicidio, etc... en ese caso la ayuda psicológica externa puede ayudarnos a controlar nuestras emociones hasta que pasemos el periodo de duelo.
- Cuando la tristeza perdura eternamente. La aceptación implica una cierta liberación de la presencia de la otra persona, sin llegar a olvidar nos hace independientes para seguir reconstruyendo nuestra vida. Pero algunas personas no llegan a esa liberación, manteniendo el vacío y la tristeza en su vida de forma permanente. Estos casos también necesitan ayuda.
Como ayudar a alguien a superar el duelo
En el caso de que seamos amigos o familiares de alguien que está pasando un periodo de duelo prolongado, en el que se ha atascado y no logramos superarlo, es posible que deseemos ayudarle de alguna manera.Hay una serie de métodos para prestarle ayuda psicólogica a un amigo o familiar; con estos métodos podemos ayudarle a serenarse y salir adelante por sí mismo.
Pero si no lo conseguimos así, lo mejor es saber como convencer a una persona para que acuda al psicólogo, para que sea un profesional quien pueda ayudarle.
A quién acudir para obtener ayuda psicólogica: psicólogo para el duelo
Esos casos en los que el periodo de duelo se alarga más de lo normal, las fases se atascan o la intensidad del dolor es tan alta que nos lleva a comenter algún acto no deseado, deben ser los casos menos frecuentesPero por desgracia no es raro que se presenten, y esos son los casos en los que vamos a necesitar una ayuda extraordinaria.
Son casos en los que tenemos que encontrar a quien nos preste una ayuda psicológica externa, ya que no somos capaces de dejar por nosotros mismos correr las etapas del duelo de una manera natural.
En esos casos, lo mejor que podemos hacer es acudir a un especialista, un profesional de la psicología que sea capaz de hacernos conscientes de en qué fase del duelo estamos, en qué estamos haciéndonos daño, y administrarnos la terapìa necesaria para conseguir salir del duelo de la forma más natural posible.
El psicólogo es ese profesional que por su formación y experiencia será capaz de acompañrnos en este proceso, simplemente como acompañamiento en casos más o menos naturales, o administrando la terapia psicológica necesaria en los casos en que necesitemos un tratamiento especial para recuperar la vida normal.
Si lo deseas, y no tienes psicólogo de cabecera, puedes contactarnos y solicitarnos una recomendación de terapia para tu caso particular. Te responderemos poniéndote en contacto con el profesional más adecuado para tu caso.
Una última cuestión
Por último, recuerda que hay mucha gente que no conoce las fases del duelo ni como sedesarrolla este periodo, y que se pueden ver aturdidas al verse ellos o sus familiares en un caso como este.
Por ello te rogamos que nos ayudes a difundir este artículo compartiéndolo en facebook y/o twitter. Podrías con un simple gesto ayudar a mucha gente. Pulsa sobre estos iconos:
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